28 de agosto de 2018

12 de agosto de 2018

Carta seis

Hola,

Bonita noche de estrellas ¿Verdad? No puedo dejar de mirar al cielo, buscando aquella estrella que marcaba el punto infinito en el universo y que transportaba todos los deseos al lugar donde se hacían realidad.

Tan pronto como la encuentre, voy a pedir mi deseo, ese que tanto llevo esperando y que nunca voy a tener. Sé que es imposible, pero vendería mi alma por una última noche, a tu lado, solos, alma con alma, mirando las estrellas y sintiéndote cerca.

No necesito palabras, solo te necesito a ti. Necesito tu mirada, tus abrazos, tu sonrisa, a ti. Necesito sentir que estás a mi lado, que no estoy solo y perdido en la infinidad del universo, que hay alguien ahí que cuida de mi, que vigila mi felicidad, que siente que todo tiene un porqué y que sabe que al final del camino, las almas acabarán uniéndose en una.

Solo quiero tu alma conmigo, una última vez, abrazándome y diciéndome esas ocho palabras que hacían a mi espíritu enmudecer. Las mismas que me estremecen de felicidad, que cambian mi visión del mundo y que dan razón a mi existencia. Palabras vanas y aleatorias pero llenas de significado, que me revuelven por dentro, cambian mis esquemas y sacan esa sonrisa que tanto te gustaba.

Te necesito, una vez más, a mi lado. Es muy difícil no volver a ti, a nuestro lugar, a nuestro momento. Volver a la pura y sincera felicidad, donde los relojes se paran y solo existimos los dos. Momentos, que siempre existirán en mi memoria, para siempre, como las estrellas que me acompañan esta noche.

Sigo sin encontrar esa estrella, la más brillante y grande del universo, la que fue testigo de la razón de mi existencia. Todos los días la busco, sin descanso, con la esperanza de que vuelvas, por última vez... Para cerrar lo que dejaste abierto.

Cuídate, yo seguiré buscandola sin cesar la búsqueda, con la esperanza de que mis deseos se cumplan por última vez, con la esperanza de que vuelvas, aunque sé que es imposible.

Te echo de menos